EL ORIGEN
Si quieres saber de dónde viene este proyecto y las causas que motivaron el desarrollarlo
Soy Mauricio García, nací en la Ciudad de México en Julio de 1965, desde que era muy joven, siempre fui muy inquieto en inventar y hacer cosas de manera diferente, construir cohetes haciendo mi propia pólvora, construir aviones ultraligeros, incluso, construir un velero en el jardín de la casa de mis padres. Desafortunadamente nada de eso llego a buenos términos, sí lo hice, pero acabó en explosiones, incendios y obvio la explosión de la paciencia de mis padres. Esa etapa terminó y crecí dedicándome de lleno por una pasión que hasta la fecha la tengo a flor de piel: El maravilloso mundo de las finanzas, desarrollo de proyectos de inversión, la aviación y los desarrollos campestres con casas sustentables eficientes. Además de estudiar Administración de Empresas, tomar cursos de posgrado y ser Paramédico (voluntario), obtuve mi licencia de Capitán Piloto Aviador de Helicóptero. Estuve trabajando desde los 18 años en Casas de Bolsa como Bróker, Trader de Mercado de Dinero y Trader en la Bolsa de Valores, en Bancos de representación extranjera basados en algunas islas del Caribe y realizando asesorías para la compraventa de empresas y aerolíneas.
En una época en la que estaba trabajando en el sector financiero, tenía una excelente cartera de inversionistas, daba todo por mi trabajo, la casa de bolsa y mis clientes, hasta que una noche de cena familiar haciendo algunos comentarios de mi trabajo, mi hermano mayor que admiro mucho, y que era una persona extraordinaria e inteligente me dijo con una ceja levantada y jalando lentamente su bigote; “Mau, veo que dejas tu vida por tu empleo, la empresa y tus clientes, dime, cuánto de todo ese dinero que manejas te queda para Ti? ¿Al menos te lo reconocen?, ¿te lo agradecen tus clientes?, ¿te estás realizando en tu vida y como persona? Me miró fijamente con una mirada entre fría y tierna, se levantó y se fue. Después de muchísimas noches de insomnio, escuchando el comentario de mi Hermano Luis una y otra vez en mi mente, tomé la decisión de presentar mi renuncia unos meses después ante la incredulidad de muchas personas. Ese fue el inicio de una época llena de todo tipo de experiencias increíbles, enriquecedoras, peligrosas y catastróficas alrededor del mundo. Por supuesto el cheque mensual no estaba garantizado. De esa manera inicié mi carrera como asesor financiero y asesor en desarrollo de proyectos de inversión. He tenido todo tipo de asesorías y clientes. Por supuesto como casi todos en la vida, he tenido épocas de “vacas flacas y vacas gordas” y en un par de ocasiones “no hubo vacas” En un momento de mi vida en la que no “había vacas” y me encontraba desolado con solamente 2 amigos, divorciado, sin mis hijos y sin capital para invertir, me dije a mí mismo: “esto no lo vuelvo a vivir. no quiero, no debo, no puedo” Las críticas de todo tipo eran impresionantes y abundantes, en ese momento fue cuando decidí retomar Mi Proyecto de Vida alejado de un grupo social y familiar inepto. Una propiedad en el campo, retirada de las grandes ciudades, pero relativamente cercana a ellas y una población mediana-pequeña de apoyo cercana. Una casa (Huerta) en la cual tuviera todas las comodidades de una casa moderna en la ciudad donde los costos de vida y mantenimiento fueran bajos, evitando en lo posible los enormes gastos por los ineficientes y caros servicios de energía eléctrica, disminuir el pago anual del impuesto sobre la propiedad, agua, gas, que pudiera tener ingresos mensuales y que tuviera acceso a una alimentación orgánica y sana. ¿Imposible? No. ¿Difícil? Algo. ¿Alcanzable? Por supuesto.
Ahí inició este maravilloso viaje en el cual me dediqué a investigar, estudiar y trabajar en Mi Proyecto; todo era investigación y aprendizaje de las técnicas de construcción en la antigüedad, materiales utilizados, variedades y características de los concretos modernos, técnicas de construcción ligeras, materiales de aislamiento térmico, técnicas eficientes y orgánicas de cultivos de hortalizas y frutas, manejo de residuos, sustentabilidad, sostenibilidad, innovaciones tecnológicas y por supuesto el apasionante mundo del blockchain, ICO’s y las Criptomonedas. En éstos últimos no soy gran conocedor ni tenía mucha experiencia, tenía que encontrar a la persona indicada que fuera afín a la ideología de mi Proyecto, que fuera un experto en tecnologías de la información y tuviera experiencia en el desarrollo de criptomonedas. Comencé a proyectar y dimensionar mi proyecto a un nivel superior donde pudiera compartirlo con más personas y familias que buscamos cierto nivel de estabilidad, tranquilidad y paz en un ambiente natural, seguro y con la producción “del campo a la mesa” en el mismo lugar, pero con todas las comodidades y servicios que se pueden tener en una ciudad grande. Conectividad aérea y terrestre, pueblos pintorescos, centros históricos, de cultura y de ser posible cercano a la Playa eran algunas características mínimas que requería para mi Proyecto. Todo apuntaba al Estado de Yucatán, México que ya conocía casi en su totalidad; después de ver algunas propiedades interesantes, surgió el concepto de construir el desarrollo “Aldea Quetzal” Mucha gente decía que mi problema era que “soy un soñador”, lo cual me causaba gracia viendo como transcurrían sus rutinarias vidas; en una ocasión contesté de manera tajante: “Un soñador con conocimientos, disciplina y enfoque se convierte en Visionario” La vida seguía su curso, continuaba trabajando en mis asesorías y seguía adelante con mi propósito; hasta que un día se acerca mi hermano Alejandro y me comenta que me quiere presentar a su amigo Arturo, que tiene los conocimientos y experiencia que estoy buscando y que él mismo está buscando un proyecto como el mío. Mi hermano cerraba el círculo con la experiencia en comercialización y ventas internacionales. Ese fue el momento en que el equipo estaba formado y dio inicio este maravilloso proyecto. ¡Gracias por tu interés y tiempo!